jueves, 13 de agosto de 2009

Melancolía

Un día no sólo es el transcurso de horas, minutos y segundos; la vuelta de la tierra al sol, su salida y su puesta; no es sólo el paso de las caras y las voces, ni el ruido de coches feroces que no detienen su andar ni para suspirar. No. Un día es una canción. Una composición de notas, y escalas; una unión matemática de sentidos, de razones, de momentos que lo conforman todo. Una canción que uno escoge para acompañar, para ser su día.

Hoy mi día ha girado entorno a una canción, la cuál me recuerda un rostro, un momento, una mirada, ese lunes y esa estancia.
Una canción que habla de amores, y momento que se han quedado pendientes; una canción que se torna a melancolía, y la soleada tarde se topa con una pequeña llovizna que moja mis mejillas.

Sí, hoy mi día fue la canción triste que quedó pendiente, y pendida quedé yo en tu día.

jueves, 16 de abril de 2009

Al Adiós

Encuentra un rostro que se marca en el lodo de tu mano,
Un rostro errante en tu tristeza y tu alegría,
Desorientado va buscando el consuelo de observarte.

Encuentra un rostro marcado en la silueta del pasado,
Que pretende perdurar en el abismo de lo perecedero.

Busca bajo las uñas los pedacitos de amor, carne putrefacta de hace siglos.

Encuentra en tu espalda las cenizas de mi esencia
Que he dejado para recordar el camino hacia el infierno,
Que he dejado para recordar que tumbada muerta me he esfumado,
He perecido entre tus brazos, entre tu crueldad afónica, entre tu efímera figura.

Encuentro en mi piel tu nombre grabado con obsidiana amorfa,
He cortado ya la carne en busca de soledad, pero he tropezado mil veces
Mil veces con el mismo nombre, mil veces con la misma impureza y agitación.

Lunae

lunes, 16 de marzo de 2009

A ÉL



Claro almuerzo de lunes otoñal,


que llegó tumbando esferas y el polvo acumulado en mi corazón.



Te paraste, moriste y contigo yo.


Te paseaste, limpiaste el polvo plata, eres vivo.



Me fugue contigo una mañana, una tarde, en la noche sin estrellas.


Me fugue contigo un instante, un destello, algo azul y el verde sereno.


Me escape un suspiro, un hueso, una risa y el rodar sereno de mi llanto matutino.



Me fugue un drama, una sátira romana,


Me fugue amor, me fugue odio,


Huí de lo real, del hombre de regalo envinado.



Claro andante, te esfumaste hoy mañana, el segundo,


Hoy mañana, el pasillo,


Claro andante me llevaste con tu madre, con la carencia, el retrato, tus caricias, la filosofía.



Tu esperaste, me amaste, enamoraste,


Te detienes, y te fuiste, te acercas


Renuncié


Pero tengo hambre de tu masa fría, de tus burbujas emplumadas de miedo violeta, del escarlata de tu ausencia, del ciempiés de tu silueta.



Esparcimos las cenizas, que guardé con tanta angustia,


Con recuerdos y rencores, que perdí tu almohada arista,


escapemos entonces desayuno nocturno,


el que muerdo cada martes en sueños negros y difusos.



Claro monte que desaparece al llegar mi aroma,


Mi canto gris…



usted

Pasas tu mano por mi espalda, erizando mis sentidos, el pensamiento.

El licor va recorriendo, rápido, todo mi cuerpo, tal como lo hacen tus dedos.

Va cayendo la noche y el tiempo se detiene en un susurro, en el vapor saliendo por la habitación.

Vamos llegando juntos, mientras la tierra trata de descifrar las figuras del vapor,
los colores que le dan sentido al amor.

Van tomando su rumbo, su distancia, su tiempo y espacio.
Vamos cayendo junto a la noche, junto al día finito,
junto al perdido sentido.

¡Que le amo!


Un par de ojos que te observan desde la lejanía sin saber como hacerlo, sin saber si existiera acaso el manual perfecto para seguir haciéndolo.
Si existiese ,acaso, ese manual.

Nunca me haría de él, porque dejaría de verte yo, dejaría de verte mi locura y sería otra más observándote, una común, una borrega; no sería yo amándote de lejos, ni en silencio, ni en lo extraño, ni en lo dramático.
Sería una borrega más.

Sólo te miro, trato de capturar el momento; me alejo por temor a verte de más, a que desaparezcas como la noche, que solo dejes un pequeño rastro en mi piel, en la mirada perdida de todo el día, y que el rastro se borre al bañarme de llanto y tristeza.

Temo a que se pierda entre mis suspiros, de que se enrede y se asfixie de mi absurdo amor.



miércoles, 11 de marzo de 2009

¡?

Que inutil es pensar en el pasado sin futuro, y en un futuro sin pasado.

lunes, 9 de marzo de 2009

Noche


El transcurso de las horas ya pesa sobre mi espalda, sobre los ojos que van cayendo como las hojas en otoño.
El caminar del tiempo se va notando en las tenues pisadas que ha dejado en la arena de la vida; pequeñas gotas de tortuga lenta; huellas que a pesar de su inútil intento de disimularse siguen presentes.

En dos días la luna llena llegará como gota corrediza, como aparición sublime y esperada.

Esperanza, bella palabra para dormir con ella hoy.

Tengo la esperanza de sonreír mañana, y de poder guardar muchas sonrisas en una caja especial, recolectarlas y regalárselas a la próxima luna.

Esperanza, la palabra del futuro.

La noche ha llegado con esas estrellas que pintan el cielo como castañuelas tintineantes; sonrientes campanas que acompañan en su noche a los viajeros.

El tiempo corre, eso dicen, pero de una manera lenta, arrítmica a nosotros; transcurre lento mientras apremiamos su lentitud, nos apremiamos a nosotros mismos cuando pretendemos darle tiempo al disfrute del tiempo mismo.